jueves, 21 de enero de 2010

16 DE OCTUBRE DIA MUNDIAL DE LA ALIMENTACION

DR. JULIÁN GERMÁN MOLINA CARRILLO*

La gran importancia de comer bien ha motivado a las Naciones Unidas a instituir El Día Mundial de la Alimentación, el cual se conmemora el 16 de octubre.
Desde la perspectiva de los derechos humanos, el derecho a la alimentación significa que todas las personas deben tener acceso físico y económico, de manera individual o colectiva, de forma regular y permanente, a una alimentación cuantitativa y cualitativamente adecuada y suficiente, y a los medios necesarios para producirla, de forma que se corresponda con las tradiciones culturales de cada población y que garantice una vida física y psíquica satisfactoria y digna.
Este derecho esta reconocido en instrumentos internacionales como el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales, y Culturales (PIDESC) en el Protocolo Adicional a la Convención Americana de Derechos Humanos en materia DESC, conocido como “Protocolo de San Salvador” y en la Convención de los Derecho del Niño, por ejemplo.
Desafortunadamente en México, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos no reconoce de manera explícita el derecho a la alimentación, sin embargo, sí hay una mención al respecto en el artículo cuarto constitucional, que señala: “Los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación...” Elevar a rango constitucional el derecho a la alimentación es por tanto, uno de los pendientes que en materia social que tiene nuestro país, toda vez que indiscutible los seres humanos debemos alimentarnos de manera adecuada para llevar una existencia plena, es fundamental una buena alimentación en la niñez pues eso nos permite un crecimiento sano, con plenitud de nuestras facultades mentales y físicas.
En nuestro planeta existe una inmensa variedad de recursos naturales y una gran producción alimentaria, suficiente para darle de comer a la humanidad entera y hasta de sobra, el gran problema es que mientras unos tiene mucho de todo, otros carecen de lo indispensable, y millones, incluso, mueren de hambre.
Esta lamentable situación, de la cual México desafortunadamente no escapa, por el contrario día a día ocupa un lugar preocupante en los índices de pobreza y desnutrición, se debe a que gran parte de la humanidad carece de los ingresos para proveerse alimentos de manera digna y satisfactoria, su tremenda pobreza no les permite tener acceso a la educación, salud y trabajo, por lo tanto su calidad de vida es ínfima.
Producir alimentos en grandes cantidades conlleva un problema de alteración de los ecosistemas existentes, los esfuerzos tecnológicos aplicados en el mejoramiento de la productividad alimentaria incluyen maquinaria, fertilización de los suelos, rotación de cultivos y utilización de terrazas agrícolas para evitar la erosión en las zonas montañosas
A pesar de todos estos avances, en los países ricos y poderosos más del 60% de la producción de cereales sirve de alimento al ganado, mientras que en los países pobres la escasa producción de cereal no es suficiente para satisfacer la demanda alimenticia de su población.
La base de la alimentación de la humanidad son y han sido los cereales como el trigo, arroz y maíz; seguidos por las leguminosas como el frijol y la lenteja; el consumo de carne es para gente que puede considerarse privilegiada.
La producción de alimentos de un país depende de diversos factores: trabajar satisfactoriamente para mejorar el rendimiento agrícola, pesquero y ganadero y la conservación y distribución de los alimentos.
En nuestro país se utilizan alrededor de 20 millones de hectáreas a la agricultura, el 75% para la siembra de cereales, y 130 millones de hectáreas a la ganadería, lo cual muestra una clara descompensación si tenemos en cuenta que el consumo agrícola es el más importante.
En la mayoría de los países con recursos aceptables, se han creado asociaciones, muchas patrocinadas por la ONU, con el fin de ayudar a que las personas que padecen hambre y desnutrición puedan tener alimentos que llevarse a la boca, lamentablemente estos esfuerzos han sido insuficientes, por tal motivo es necesario hacer un llamado a los gobernantes de nuestro país, a atender esta problemática social, toda vez que un país con hambre es un país en deterioro.
*Profesor Investigador del Centro de Ciencias Jurídicas de Puebla
* Miembro del Sistema Nacional de Investigadores

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